Mitos amorosos (5) - El mito del enamoramiento

Algunos asocian a amor al estado de euforia y pasión que nos invade de los inicios de una relación. Esa deliciosa sensación de anhelo constante de permanecer al lado de la persona amada, de tener noticias suyas. De que mando un whatsapp, una carita. De que me diga algo. Que piense en mí. Cuando uno está enamorado no ve la realidad tal como es. Todo está bien. Desgraciadamente el adolescente debe de saber que este estado de “locura transitoria” tiene fecha de caducidad y para su bienestar este sentimiento de enamoramiento debe de pasar.

No es desamor porque bajen los niveles de activación del todo, de dejar de estar en las nubes. Un estado así no puede sostenerse. En este estado hay tal desgaste a nivel energético que hasta sería perjudicial para nuestras vidas estar en un estado de eterna euforia.

Por economía personal, el que baje esta intensidad es una buena cosa y además favorece que se pueda construir otro tipo de amor. Donde se pasa del ENAMORAMIENTO al AMOR, donde la confianza, la seguridad, la complicidad, la tranquilidad son valores que pesan y priman. Elementos indispensables para la consolidación de una relación de pareja.

Pensar que si no siento eso es que ya no le quiero, eso es una equivocación. Hay que pensar que se ha superado una fase y se está pasando a otra fase. ¿Eso quiere decir que esta relación es inviable? No, todo lo contrario.

Eso en absoluto significa que en la relación no se intente mantener una chispa que haga que esta relación sea divertida, se enriquezca, se renueve. Esa búsqueda de pasión es una tarea de dos donde se deben de trabajar los momentos románticos.

Y que por favor no sea solo el 14 de febrero sino muchos más días del año. Tampoco se necesita que sean compras ni necesariamente un acto comercial. Sino el trabajo de muchos pequeños gestos.