Mitos amorosos (3) - El mito de los celos

Carmen Sánchez Ruano, sexóloga del Área de la Marina, nos va desgranando algunos de los mitos amorosos más relevantes. Hoy toca:

El mito de los celos

Se tiende a asociar los celos con una muestra de amor de la pareja. La representación del miedo patológico que se pueda sentir por una perdida. Cuando en realidad lo que representan  es inseguridad y dependencia. “Mi pareja se va a ir con otra persona que pase delante de mis narices a la primera de cambio”.
Por lo tanto los celos no son una muestra de amor. Todo lo contrario. Además ni es amor por parte del celoso y aun menos por parte del que necesite de los celos para confirmar que efectivamente su pareja le quiere.

Diferenciar los celos con los miedos

Diferente es el miedo a la pérdida. Todos podemos tener miedo a la pérdida. Nada asegura que una relación vaya a durar toda la vida al 100%. Tenemos que saber jugar un poco con el riesgo. El riesgo está ahí y es normal.
Dentro de una medida adecuada podemos expresar “mira tengo miedo a perderte, porque te quiero tanto”. Eso sería lo correcto pero no “¿A dónde vas?¿Con quién estás? Mándame tu ubicación”, “dame tu contraseña. ¿Por qué has puesto un “like” a este/a?...”. Esto no es tolerable. El control y la desconfianza no son aceptables bajo ningún concepto.
Que podamos sentir miedo. Sí. Tenemos por lo tanto que ser capaces de tomar conciencia de este miedo y saber expresarlo a nuestra pareja de una forma adecuada y saber analizarlo. Así ya no se tratan de celos sino de la expresión de una cierta inseguridad canalizada de una forma adecuada.

Diferenciar el control de los sentimientos con la indiferencia

El opuesto de no ser celoso es ser indiferente. Entonces ¿Cómo diferenciar el control de los sentimientos de celos con indiferencia?
La base de una relación es la complicidad y la complicidad quiere decir que vamos a ser capaces de expresar cualquier cosa a nuestra pareja y no pasa nada. Ni se va a molestar, ni se va a enfadar, ni va a estar un 1 día sin hablarme. Podemos contar las cosas con naturalidad.
Por otro lado, debemos de tomar consciencia de las propias emociones. Por ejemplo, tengo que demostrar que nada me perturba cuando la realidad es lo contrario. Hay que ser capaces de tomar consciencia de nuestras emociones para luego poder ponerlas por delante. Ser capaces de expresarlas y compartirlas. No es una tarea fácil pero es un proyecto que se va aprendiendo. Son unas capacidades que se van adquiriendo a lo largo de la vida. Eso es por lo tanto una tarea a compartir con la pareja.

Importancia de la educación

Es verdad que esa tarea se ve facilitada si desde casa y desde la infancia, se ha hecho un trabajo previo de comunicación fluida entre los diferentes miembros de la familia. 

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