Sustituir el gel de ducha por jabón - Cambio de hábitos2

Seguimos con nuestras propuestas quincenales sobre pequeños gestos para nuestra salud, física y mental, y la de nuestro ecosistema.
Además de intentar reducir cada mes nuestro reciclaje, sobre todo el de plástico, esta semana hablaremos de higiene personal.
Si miramos las etiquetas de los productos que ponemos sobre nuestra piel, jabones, geles, champús, cremas, ahí dónde están los ingredientes escritos (para los que tengan buena vista sino coger una lupa) descubriremos cual protagonista de Harry Potter un listado de nombres mágicos cuyo significado es totalmente incomprensible e inaccesible.
Aqua... eso parece fácil. Agua. ¿Qué? Se paga no se cuantos euros el litro de gel de ducha por ¡agua!
Luego viene lo más duro. Glyserin, Sodium Lauryl Sulfate, Titanium Dioxide o CI77491, Steviol Glycosides, Cocoamidopropyl Betaine, Methyl Glucamide y un larguísimo etc. de palabras incomprehensibles.

Tres por el precio de Uno

Una sola cosa parece clara y es que:
  • Nos duchamos todos los días (o casi) del año durante décadas (hacer un cálculo desde hace cuántos años...) y para el resto de nuestra existencia  y las de nuestros familiares con unos geles y champús cuyos ingredientes son en gran parte sacados de la industria química. Las dudas se hacen más acuciantes cuando la comunidad científica a través de la OMS, la ONU u otros organismos serios y de reconocimiento internacional, tienen fuertes sospechas de que estos productos químicos pueden tener efectos negativos a corto, mediano y largo plazo sobre nuestra salud debido a los Perturbadores Endocrinos (ver articulo del 2 de diciembre pasado).
  • A esto se añade que vienen envueltos en unos estupendos y coloridos envases de precioso plástico que van saturando nuestra bolsa de reciclaje y contaminar nuestro medio-ambiente afectando el ciclo de la vida de la tierra, de los océanos y las de los seres vivos, incluidos nosotros.
  • Para más INRI estos productos mientras nos duchamos no tienen otro propósito en la vida, después de envolvernos en una deliciosa capa plástica, de contaminar nuestras aguas potables (que debemos recordar esta agua vital para cualquier ser vivo de este planeta representa la miseria del 0,025% del total del agua del planeta Tierra). A efectos prácticos e inmediatos, también resulta caro al contribuyente depurar estas aguas residuales en las estaciones depuradoras.

¿Qué opciones nos quedan?

Mirar para otro lado y seguir con nuestra vida o efectuar un cambio. 
Cuando se decide optar por el cambio es importante tener claro que esto implica una posible molestia al principio. La tranquilidad es que podemos volver al estado original en cualquier momento. Pero como toda adicción hay que intentarlo en serio estando plenamente convencidos. 
Si se opta por buscar lo mejor para nuestra piel y el medio-ambiente, ya que estamos deberíamos hacerlo bien. Es decir, buscar jabones:
  • Sin plásticos,
  • Sin productos químicos,
  • Sin elementos contaminantes para el agua o al menos él que tenga el menor impacto. 
Ya hemos eliminado el 99,9% de los productos disponibles en el mercado. ¿Qué nos queda por buscar?
  • Jabones sólidos, es decir sin envases y sin pagar agua a precio de jabón (el famoso aqua al principio de la lista), 
  • Jabones elaborados mediante proceso de saponificación en frío a base de aceites y mantecas vegetales, conservando así todas sus cualidades. Este proceso de saponificación es la reacción química producida por la unión de dos ingredientes: un ácido graso (aceite vegetal o grasa animal) y una base (como puede ser la sosa caustica).  
  • Jabones cuya composición tenga el mínimo número de ingredientes y cuyos nombres sean entendibles. 
    • Los aceites deben de representar la casi totalidad del producto, evitando los perfumes que son a menudo de origen químico y por lo tanto no muy buenos (por muy biológico que sea el producto que nos quieran vender). 
    • Los aceites saponificado en frío se reconocen por el "sodium + aceite + ate", como sodium olivate (procedente del aceite de oliva) o sodium cocoate (del aceite de coco) o sodium argana spinosa (aceite de argán). Privilegiar el sodium olivate al ser España un gran productor de aceite de oliva y evitar el sodium palmate por el efecto destructor de ecosistemas lejanos.
Nota:
Al no sufrir calentamiento en el proceso de saponificación, los productos conservan todas sus propiedades favorables a la limpieza e hidratación de la piel. Debe de aparecer sobre el envase del jabón.
Privilegiar productos que vengan de la agricultura biológica, ningún pesticida vendrá hidratar nuestra piel.   

¿Qué hacer con los jabones y champús que tenemos en casa?

Terminarlos y sustituirlos progresivamente por los jabones sólidos para ir acostumbrándose a la novedad. Los jabones naturales resultan distintos al tacto pero como todo en la vida uno se acostumbra y descubre que finalmente ha sido una buena idea realizar este cambio. Más económico porque la pastilla dura mucho, menos contaminante, mejor para la piel y un largo etc.
Lo mismo ocurre con el champú que viene en barras sólidas o pequeñas pastillas. Además duran mucho.
Fotomontaje de Fernándo Jordá

¿Dónde comprarlos?

Cerca de Dénia, hemos recopilado por el momento estas direcciones: 
 Personalmente uso el jabón de Marseille. Es peor que las pilas Duracell... Dura y dura y dura.
Ejemplos de pastillas de champú solido que uso. Hay para todos tipos de pelo:
Los jabones para piel y pelo son distintos ya que sus funciones son distintas (para el pelo es básicamente desengrasar el cuero cabelludo y lavar el pelo, esté último está constituido por queratina y por lo tanto no es piel). Indicar que el PH de la piel y del cuero cabelludo son también distintos.
Los jabones son por lo tanto demasiados agresivos para el cuero cabelludo y pueden producir molestias como picar hasta escamas y posibles quemazones.
Esperamos que nos manden sus sugerencias para completar este artículo. 

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