Mitos amorosos (8) - El mito de la unidad
Este
mito se complementa con el mito de la media naranja.
La
unidad en el sentido de que tenemos que ir juntos a todos los sitios. Si somos
pareja, uno no puede salir con sus amigos y la otra con sus amigas. Tenemos que
ir juntos y hacer todo juntos. Hay la obligación de compartirlo todo. Nos
tienen que gustar las mismas cosas.
Pues no
siempre es así. La verdad es muy pocas veces es así. Es verdad que parejas que
comparten más aspectos diversos resulta más fácil la convivencia diaria y
pueden consolidar afectos.
A veces
es más fácil cuando se comparten cosas. Pero no siempre, porque también la
diferencia y la diversidad nos enriquece. Por lo tanto, vamos a hacer otras
cosas para cuando estemos los dos juntos tengamos estas otras vivencias
que hacen que la relación sea más rica y las experiencias más variadas. Hay que puntualizar de que necesariamente todo
juntos, no. Por lo tanto es importante ver qué nos gusta. Qué no nos gusta.
El error que se puede cometer al hacer todo
por el otro (aficiones, gustos que pertenecen a la otra persona) es llegar a
perder su propia identidad. Muchas veces es la mujer la que renuncia a sus
propias aficiones. Es un error. Hay que respetar los espacios propios y
respetar que en una pareja no necesariamente tengamos que compartirlo todo.
Las
cosas se complican cuando hay una afición que interfiere en los asuntos familiares,
sobre todo la crianza de los hijos. Ahí es importante saber expresar las cosas
que son importantes para uno mismo, la pareja y la familia. Y en materia de
niños, inevitablemente hay que compartir las tareas. No es posible que la
pasión de uno obligue al otro tener que apechugar solo con la educación y la responsabilidad
de los hijos. El consenso y el dialogo son fundamentales.
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