Sexualidad - Masturbación 1: Aspectos generales

Seguimos entrevistando a la sexóloga del hospital de Marina Salud, Carmen Sánchez Ruano, para abordar temas de interés en el apartado de Educación Sexual.
No es fácil hablar de sexualidad con nuestros adolescentes, especialmente si no es un tema que se haya abordado durante la infancia. Erróneamente podemos reconfortarnos pensando que de alguna manera nuestros adolescentes están sobradamente informados cuando dan el aparato reproductor en biología de 3ero de la ESO o con las 2 visitas anuales de la sexóloga al instituto o la consulta del material disponible en Internet, en revistas. O con las charlas entre pares donde fácilmente se transmiten ideas falsas, tópicos, información distorsionada y exagerada; que es lo que se suele encontrar.
Pero la sexualidad como muchos aspectos de la vida familiar necesita de formación y educación.
Estas semanas abordaremos un tema relevante en la vida sexual de nuestros adolescentes: la Masturbación. Hoy empezaremos hablando de manera general y las próximas semanas plantearemos la masturbación masculina para seguir con la femenina.

Entrevista:

Hubo un momento en el que la masturbación se escondía por no decir que era considerada pecaminosa. Solo fue muy recientemente, hace unas pocas décadas, cuando ocurrió lo opuesto y se reivindico con orgullo el derecho a la masturbación. El autoerotismo y la autoexploración estaban al orden del día. En la actualidad, me estoy encontrando en la consulta problemas derivados de la masturbación y los medios sociales. No tanto por lo excesiva sino por las formas en que se hace, afectando sobre todo a la masturbación masculina. Es por lo tanto importante hablar de ello.

¿Qué es?

La masturbación es el autoerotismo, autoestimulación o el darse placer a uno/a mismo/a estimulando sus propios genitales hasta llegar al orgasmo o simplemente alcanzar el placer sexual.
Etimológicamente viene del verbo latín “masturbari” cuyo origen es desconocido. Fuentes no contrastadas especulan que puede venir de “manu turbare” es decir “turbar con la mano” pero también “manu stuprare” en este caso se traduciría “violar con la mano”.

El largo camino de la masturbación hacia la normalización

Hasta hace poco el hecho de masturbarse tenía una connotación negativa, patológica. La sexualidad lícita, legítima era la que se realizaba con la intención de la reproducción dentro de un matrimonio heterosexual. La masturbación se sale por lo tanto de lo normativo al no dirigirse a la reproducción.
A lo largo de la historia había pues una consideración de la masturbación como algo insano desde el punto de vista de la salud. Además se pensaba que la masturbación provocaba males físicos: debilidad mental, algún tipo de dolencia... Y desde el punto de las creencias religiosas, se consideraba pecaminoso. Esto en una cultura dividida donde por un lado tenemos el cuerpo y por otro el espíritu. Donde el espíritu nos ensalza, nos eleva nos dignifica mientras que el cuerpo es el origen de todo pecado, vicio y perversión. Estamos en una cultura escindida.
Todavía hoy se mantiene por algunas corrientes religiosas que la masturbación es lo peor de lo peor aunque ya está ampliamente demostrado en estudios científicos de que en absoluto es insano ni perjudicial para la salud. Ni le van a salir granos a nuestros chavales y aún menos que produzcan infertilidad. Pero para llegar a esta conclusión hubo que recorrer un largo camino.
No fue hasta finales de siglo XIX, principio de siglo XX, cuando Sigmund Freud, en plena época de férrea moral victoriana, se atrevió a decir que la sexualidad era parte del ser humano y que los niños y niñas también tenían sexualidad. Además no solo tenían sexualidad sino que su sexualidad era perversa y polimorfa. Perversa porque se salía de la intención de la reproducción ya que en la infancia esto es imposible. Y polimorfa porque era de diferentes formas; no con la penetración al ser niños sino con el autoerotismo, la masturbación y habla de distintas etapas durante la infancia en el que los niños y niñas se inician en la toma de contacto con la propia sexualidad, como como las etapas oral, anal, fálica. Freud, como sus contemporáneos, consideraba esta práctica sexual como algo patológico. Y consideraba las patologías en las personas adultas como consecuencia de no haber superado de forma adecuada estas etapas
Hubo que esperar principios del siglo XX para que se cuestionara esa visión de la masturbación como algo enfermizo. Y no fue hasta mediados de siglo cuando se empezaron con los estudios de sexualidad coincidiendo con los avances de la medicina y psicología.
Alfred Kinsey fue uno de los padres de la revolución sexual cuando sus trabajos, en 1948 y 1953, permitieron que la masturbación dejase de considerarse como una patología. La consolidación vino con los estudios en 1966 de Master y Johnson que fueron pioneros en el estudio científico de la sexualidad humana revolucionando el campo de la Sexología donde filmaron, cogieron todo tipo de mediciones como controlar el flujo sanguíneo, la presión muscular, todo lo que se pudiera medir en laboratorio relacionado con la respuesta sexual.
Posteriormente hubo estudios para ver en qué medida la masturbación influía en la capacidad reproductiva, sobre todo la masculina. Comprobar si una eyaculación repetida afectaba la reproducción de espermatozoides y la capacidad reproductiva. Los resultados fueron negativos y mostraron que al contrario los espermatozoides estaban más vivos y dispuestos.
La idea de masturbación fue normalizándose pero solo la masculina ya que básicamente la mayoría de los estudios trataba la masturbación masculina. De alguna forma la única que existía. Mientras que no se consideraba que las mujeres pudiera tener sexualidad. Hasta hace 50 años seguía siendo impensable plantear que la mujer pudiera masturbarse, más cuando la sociedad es homocéntrica y los investigadores y científicos eran hombres ya que eran los que podían acceder a las universidades, al conocimiento y al saber. Hasta hace poco se ha silenciado y ocultado. Las mujeres han sido delegadas al hogar y las tareas de cuidados. Pero las últimas décadas ya han aparecido numerosos trabajos y estudios sobre la sexualidad femenina.
Las cosas cambian de nuevo cuando surge, a principio del siglo XXI, el fenómeno de los medios sociales que aportan una revolución en la comunicación, en la inmediatez pero representan un nuevo reto al poner en manos de todos información escondida o al menos que había que buscar por canales específicos. De los retos y soluciones hablaremos en las próximas semanas.

Entrevista a:

Carmen Sánchez Ruano, sexóloga del Área de la Marina.

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