Sexualidad - Masturbación 3 : La masturbación masculina (parte 2)
Ayer se hizo un poco de historia sobre la visión de la sociedad con respecto a acto de masturbarse. También de esta coincidiendo con el inicio de la sexualidad. Abordamos la segunda parte de la entrevista: cuándo hay abuso y la masturbación como aprendizaje.
Además el acceso a imágenes y
vídeos al ser inmediato crea el estimulo con unos tiempos bien
determinados y se llega al orgasmo de una manera muy concreta. De
manera repetitiva, este acto puede provocar un automatismo; aprieto
el botón y me aparece cualquier estimulo que hace que se entre en el
proceso de deseo y excitación. Esto provoca que uno se acostumbre a
un tipo de estimulo muy especifico, a una presión determinada, a un
ritmo que luego es muy difícil encontrar en una relación. Porque es
diferente. Por ejemplo, se está ante una chica, se excita y luego va
a penetrar y pierde la erección porque estaba acostumbrado a este
estimulo fuerte que proporciona la masturbación mientras que una
vagina no aprieta igual, ni va al mismo ritmo y aún menos se puede
ir “como una metralleta”.
¿Cuándo hay abuso?
El problema más grave es la
sobreestimulación y en la forma en que uno se masturba.
Con la masturbación, uno se da
placer como le da la gana y no hay una interrelación: no hay una
persona a tener en cuenta, unos tiempos y un placer que puedan
variar, el importante juego de miradas para ver si la pareja disfruta
de este encuentro, etc. Por lo tanto cuando se está solo se va a lo
fácil. El objetivo es terminar cuanto antes para pasar a otra cosa.

Por lo tanto, al no estar la presión
ni el estimulo que uno mismo se da, esto puede dar pie a dificultades
en la erección. El estimulo que tiene con una chica real no se hace
con la intensidad de cuando se está solo. Tanto por la forma en que
se hace como por el tipo de imágenes que está viendo. A esto se
añade la incapacidad de reproducir lo que ha visto en un vídeo
pornográfico que como tal es una fantasía pero no es representativo
de la vida de pareja.
Dejando de lado cuestiones de
feminismo por la manera en que se utiliza el cuerpo de la mujer o la
visión que se da de las relaciones sexuales ni en la explotación
subyacente, la sobreutilización de estos archivos multimedia no es
algo positivo. Por supuesto, de forma puntual no hay problema en
hacer uso de algo que da un estimulo diferente. Pero cuando esto se
utiliza de forma cotidiana, por no decir varias veces al día, si que
puede llegar a dañar. Especialmente en las edades tan tempranas en
las que se les da el móvil a nuestros adolescentes y preadolescentes
con un acceso tan fácil al mundo exterior y la posibilidad de
intercambiar muchos ficheros.
Otro problema relacionado es cuando
se sustituye la masturbación a la relación con otra persona. Esto
ocurre al carecer de los estímulos que se tienen con la masturbación
y ante el miedo a la relación con otra persona. Un adolescente o
chico con 18 años que se masturbe con una cierta frecuencia está
descubriendo su sexualidad. Tiene la testosterona disparada y no pasa
nada. Pero si lo alargamos en el tiempo y se transforma en un adulto
delante de un ordenador/smartphone masturbándose 3 veces al día y
no se relaciona, ya es un problema. Sus necesidades sexuales han
derivado a la masturbación por miedo al encuentro y por miedos en
general.
Por lo tanto el problema no son
dolencias físicas, como se afirmaba antiguamente, sino cuando el
abuso provoca un problema a nivel de las relaciones y afecta el
propio desarrollo sexual. Cuando el individuo no responde igual ante
un estimulo individual y con una pareja provocando falta de erección
o al contrario la perdida de erección.
La masturbación como aprendizaje
En la
actualidad se nota una tendencia general en los chicos a una
eyaculación precoz.
El principal
aprendizaje sexual es a través de la masturbación y
desgraciadamente es una masturbación compulsiva. Es por lo tanto
importante, no abandonar la masturbación sino cambiar de hábito.
Sustituir la masturbación compulsiva por una masturbación
consciente. Como todo en la vida, la masturbación se aprende y hay
un proceso de educación. En vez de intentar buscar el estimulo y la
reacción es bueno aprender a alargar los tiempos. ¿Cómo?
Bajar el nivel
de intensidad sería una buena cosa. Buscar un espacio con
tranquilidad y seguridad, sin esa preocupación de la interrupción.
Hacerlo cuando se dispone de un tiempo, por ejemplo que no se tenga
que ir a clase enseguida. Dónde pueda realizar la masturbación con
tranquilidad.
Luego practicar
una masturbación con la intensidad necesaria. Incluso se puede jugar
con la excitación para notar que va llegando al punto del no
retorno, es decir el punto de eyaculación, y ahí empezar a jugar a
retrasarlo. Parando la excitación, respirar hondo. Cuando nos
estimulamos mucho la respiración se agita. Si un chico quiere
aprender a controlar la eyaculación, debe de manejarse con la
respiración porque le bajara la intensidad. Eso le permite alargar
el proceso.
Tomarlo como un
reto a ver qué pasa si me acaricio otras partes del cuerpo. Qué
sensaciones se pueden tener y si proporcionan placer o no. No solo
centrarse en el pene. Puede haber muchas maneras de hacerlo creando
un juego donde desarrollar la inventiva y buscar recursos.
Cuando se está
solo, da igual el tiempo pero se tiene que preparar a estar con una
chica. Es muy diferente cuando se está ante la otra persona pero
además se añaden las preocupaciones y el nerviosismo de la
relación. Por no hablar que culturalmente existe una presión muy
grande sobre el chico. Porque el chico tiene que ser el que inicie la
relación, debe de dar la talla aguantando un cierto tiempo para que
la persona con la que está pueda también disfrutar de su
sexualidad. Porque si se termina enseguida hay una sensación de
frustración, de fracaso. Y de nada ayudan los modelos de las
películas pornográficas que están ahí dale que te pego durante
media hora. Existe pues mucha presión pero hay que preguntarse para
qué, dónde se quiere llegar. Iniciarse en una masturbación
consciente y sosegada puede ser por lo tanto una respuesta.
Comentaris